Un buen calentamiento previo a la lección de golf es indispensable para evitar posibles lesiones. Eliminando cualquier tipo de tensión muscular conseguirás jugar al golf en una forma óptima, por lo que podrás dar el cien por cien a la hora de practicar este deporte.

Antes de cada partido es muy importante tener los músculos adecuadamente relajados y estirados. El estiramiento requiere de una buena preparación, no es tan solo cosa de cumplir con la rutina de unos pocos ejercicios iniciales.

El swing precisa la actuación conjunta de gran parte de nuestros músculos. Además, es un movimiento relativamente rápido que exige una cierta tensión. Los ejercicios pondrán tu cuerpo a tono para que puedas realizar el giro perfecto sin la necesidad de lesionarte o concluir con dolores abdominales.

Precalentamiento, fundamental antes de cada lección de golf

En primer lugar, es importante que llegues al campo de golf al menos media hora antes de que comience la lección de golf. Cámbiate con calma y empieza el calentamiento en soledad. Calentar solo te ayudará a mejorar la concentración para afrontar el partido.

Después, llega el momento de los estiramientos. Antes de empezar a pegar golpes es recomendable estirar durante un periodo mínimo de cinco minutos. Según diversas investigaciones, la falta de calentamiento y estiramiento del cuerpo están provocando cada año más y más lesiones.

Entre las zonas del cuerpo que debes estirar destacan la cabeza, la espalda, la cadera, las piernas y las muñecas. El golf es un deporte que implica a muchos músculos en su desarrollo, por lo que es importante una buena adecuación de todos ellos.

Calentamiento, de menor a mayor intensidad

Una vez finalizado el calentamiento corporal y tras haber estirado bien cada uno de los músculos, es el momento de empezar a golpear unas cuantas bolas. Comienza tu rutina en el campo de prácticas con un cubo de bolas en la mano.

Golpe la bola de menor a mayor intensidad, empezando con palos y golpes cortos y aumentando, de manera progresiva, la longitud del swing hasta llegar al driver.

Empieza con el pitching wedge, y continúa pegando varios golpes con hierros cortos, medios, híbrido y madera hasta elevar el tee. Después, tan solo tendrás que pegar unos cuantos drivers para finalizar el calentamiento. Este parte del ejercicio no requiere excesiva exigencia, puesto que es el swing más extremo de todos.

Una vez finalizada esta parte del calentamiento acude al putting-green y entrena la precisión. Mejora el grado de sensibilidad y el toque con el putt y practica el chipeo en el green. En caso de que todavía dispongas de tiempo, aprovecha para practicar unos cuantos golpes desde el bunker, serán de gran ayuda.

Tras finalizar este ejercicio ya estarás preparado para jugar el partido de golf al completo. En tan solo media hora podrás prevenir cualquier tipo de lesión y, además, lograrás la concentración y el toque necesario para afrontar tu estancia sobre el césped.